La innovación calienta la industria minera

La creciente incorporación de nuevos vehículos eléctricos a batería (VEB) en lugar de los vehículos diésel tradicionales ha generado un nuevo conjunto de preocupaciones en materia de seguridad en la industria minera. Si bien el uso de VEB en las operaciones diarias ayudará a las empresas a ser más sostenibles, el proceso de implementación de cambios en los protocolos de seguridad establecidos puede ser lento. En un entorno de trabajo de alto riesgo, es fundamental que las empresas comprendan los riesgos que conlleva el uso de VEB y actualicen sus prácticas laborales en consecuencia.

El viaje hacia la electrificación

Para generar niveles consistentes de suministro de materias primas necesarios para satisfacer la creciente demanda mundial, la industria experimentó una rápida adopción de la automatización en los años 90 y 2000, que desde entonces se ha convertido en parte integral de las operaciones.

La automatización, con procesos, métodos de producción y cámaras automatizados, también ha mejorado los aspectos de salud y seguridad en la minería. Sin embargo, la introducción de los vehículos eléctricos a batería ha generado nuevos desafíos de seguridad para la industria y las empresas simplemente no pueden darse el lujo de esperar a que la legislación se ponga al día.

Acelerando el camino hacia un futuro sostenible

La adopción de los vehículos eléctricos por parte de la industria no se debe únicamente a sus credenciales de sostenibilidad, sino también a otros factores, como la capacidad de esta tecnología para mejorar la calidad del aire en las operaciones mineras. Esto, a su vez, reduce la necesidad de ventilación y refrigeración, mejora la seguridad de los trabajadores y reduce los costos de ventilación.

Iniciativas como la de Vehículos más limpios y seguros del Consejo Internacional de Minería y Metales (ICMM) también han acelerado la implementación de los vehículos eléctricos a batería al reunir a miembros y fabricantes de equipos originales globales. Sin embargo, como los plazos de entrega de los nuevos vehículos eléctricos a batería son de una media de cinco años, los fabricantes se verán presionados a seguir el ritmo de la demanda del mercado.

Reducción de riesgos mediante un mantenimiento periódico

Con la llegada de los vehículos eléctricos a la industria y la llegada de otros nuevos, las empresas mineras deben saber cómo prevenir los incendios en la medida de lo posible. El mantenimiento y el servicio regulares son fundamentales para ello, ya que los incendios de los vehículos eléctricos pueden producirse si se someten a cambios de temperatura, como el sobrecalentamiento, la violencia o los daños mecánicos o eléctricos. Otros factores de riesgo incluyen la sobrecarga o la carga insuficiente, las fallas mecánicas o los problemas de producción, que pueden provocar un cortocircuito en la batería.

Si esto sucede, puede producirse una fuga térmica, que provoca un rápido aumento de la temperatura que puede provocar incendios o liberar gases peligrosos, como el monóxido de carbono. Si no se controla, la fuga térmica puede provocar explosiones letales de nubes de vapor que pueden causar una destrucción importante, en particular dentro del área confinada de una mina.

Por lo tanto, detectar de forma temprana una fuga térmica es crucial para la seguridad en las minas. Si bien muchas soluciones de protección no se activan hasta que las temperaturas comienzan a aumentar, la solución de Dafo Vehicle es única: detecta los humos tóxicos que indican el inicio de una fuga térmica y actúa de inmediato para suprimirla.

La nueva tecnología necesita nuevos protocolos de seguridad

La automatización y el continuo aumento de los vehículos eléctricos de batería en la industria minera requerirán un cambio radical en las normas de seguridad. Las empresas deberían invertir en sistemas con respuesta instantánea en las primeras etapas para reducir el riesgo, reducir el tiempo de inactividad potencial y limitar los daños más amplios a otros vehículos, lo que a la larga ahorrará costos en caso de que ocurra un incidente.